La inteligencia diferencia al hombre de otras especies. Sin embargo, no fue la inteligencia lo que originó el despegue de la población humana.
Durante la Revolución Neolítica es cuando el hombre se hace agricultor, hace solo 11.000 años. Anteriormente, durante el Paleolítico, el 99% del período de existencia del ser humano, la población humana se estima en el entorno de 10 millones de personas en el planeta. Desde entonces, los grandes progresos sociales han continuado vinculados a al Agricultura. La Revolución Agrícola de siglo XVIII fue una de la causas principales de la Revolución Industrial y la Revolución Verde permitió a la India pasar de ser un pais con una importante escasez de alimento a ser exportador de arroz.
Actualmente, el crecimiento previsto de la población mundial (que alcanzará los 8.500 millones de habitantes en 2030 y los 9.700 en 2050 según las Naciones Unidas) plantea un reto sin precedentes:
La gestión de unos recursos naturales limitados, de manera sostenible y cada vez más eficiente en un entorno amenazado por el Cambio Climático.
El gran crecimiento de la población humana es un fenómeno muy reciente y estrechamente vinculado al problema de la sostenibilidad actual. Distintas fuentes de “energía”, muscular, maquinaría y fertilizantes caracterizaron las revoluciones anteriores. La energia “digital” caracteriza la actual.
Muchos son los autores que asimilan infraestructuras tecnológicas actuales a una “Utility”, como la energía eléctrica, para explicar su transcendencia. Sin embargo, probablemente la “nueva energía” que carateriza la “revolución 4.0” es más relevante que las anteriores por su capacidad, entre otras muchas, de optimizar el uso y la gestión de las fuentes de energía que caracterizaron las revoluciones previas.
“Mientras la introducción de la maquinaria se caracterizó por la sustitución en gran medida de la fuerza muscular, la Revolución Agrícola 4.0 se caracteriza por el apoyo a la capacidad intelectual”
Desde las zonas de cultivos ecológicos más avanzados en el Sudoeste de Europa se comienza a percibir como esta nueva revolución estará, de nuevo, alineada con grandes cambios sociales, así como el potencial y la oportunidad que representa, aunque con grandes dificultades, para contribuir a abordar los retos sociales y medioambientales actuales.