El agua es un elemento imprescindible para la vida en la Tierra, representando el 70% de la superficie del planeta. Sin embargo, aproximadamente, el 96,5% es el agua salada de los océanos. Un 1% adicional se encuentra en acuíferos y lagos igualmente salados. Del agua restante, un 0,78% es subterránea, no accesible por la profundidad, y un 1,71% está en los casquetes y glaciares polares en forma de hielo. Eliminando otros porcentajes, como la que forma parte de la atmósfera o de los seres vivos, queda únicamente un 0,007% disponible para el hombre.
De este pequeño porcentaje disponible, la Agricultura es el sector que más agua necesita y un recurso imprescindible. Según estudios de la FAO, la demanda de la Agricultura representa actualmente alrededor del 69%, siendo la de la industria el 21% y la del consumo doméstico el 10%.
Por lo tanto, a pesar de la abundancia de agua en la Tierra, y de la percepción subjetiva en zonas afortunadas, el agua disponible para la Agricultura es un bien muy escaso. Por otra parte, la distribución del agua en el planeta es muy desigual. La tendencia actual y las previsiones es que esta desigualdad siga en aumento estresando muchas zonas de nuestro planeta.
La gran importancia del agua como recurso escaso en el contexto de la Agricultura, y de los ecosistemas vivos en general, propone “La Gestión del Agua” como una de las áreas más relevantes de interés en el contexto de Agricultura 4.0.
En un análisis transversal de la problemática en torno a la Gestión del Agua se han identificado los siguientes sub-dominios de actuación:
- Cantidad y calidad del recurso
- Infraestructuras físicas de almacenamiento y distribución
- Comunicaciones y sistemas de control
- Gestión energética
- Aspectos administrativos, de gestión y mejora continua